Foto: Alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda y la gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz, unidas por la Paz. impactotolima.com
Ibagué. En un acto lleno de simbolismo, fe y profunda sensibilidad social, la alcaldesa de Ibagué, Johana Aranda y la gobernadora del Tolima, Adriana Magali Matiz, unieron sus voces y corazones en un mensaje claro para el país: la reconciliación comienza en el alma de cada ciudadano, y la esperanza florece cuando los líderes deciden caminar de la mano por el bienestar de su pueblo.
Video:Alcaldesa de Ibagué Johana Aranada
Por:Editor y Jefe. impactotolima.com
Durante la jornada, celebrada en un espacio abierto de encuentro ciudadano, se vivieron momentos de oración, reflexión y compromiso por la paz de Colombia. Ambas mandatarias se dirigieron a la ciudadanía con palabras que tocaron las fibras más profundas de la realidad social que enfrenta el país.
“Es Dios quien ha puesto en el corazón de estas dos mujeres la misión de unir nuestro departamento y nuestra ciudad. Podemos ser diferentes, pero no enemigos. Hoy dejamos a un lado lo que nos separa para clamar por reconciliación y esperanza”, expresó la alcaldesa.
El mensaje también incluyó un emotivo gesto de perdón hacia la ciudadanía. Con humildad, las líderes reconocieron que los gobernantes son humanos e imperfectos, pero confiaron en que con la guía divina podrán tomar decisiones sabias y justas en favor de su gente.
“Hoy pido perdón a mi ciudad, porque como gobernantes somos imperfectos, pero tenemos al perfecto en nuestro corazón. Que Dios nos dé sabiduría, gracia y justicia para guiar a nuestro pueblo”, continuó la mandataria local.
Ambas dirigentes también elevaron oraciones por Miguel, un joven símbolo de unión nacional, y extendieron su solidaridad a su familia y a los hogares colombianos que han sido víctimas de la violencia, incluyendo a los soldados y policías caídos, madres cabeza de hogar, jóvenes sin oportunidades y niños que enfrentan la incertidumbre del futuro.
“Miguel ha logrado unir a toda una nación en solidaridad. Y desde Ibagué y el Tolima enviamos nuestras oraciones, no solo a su familia, sino a todas las familias que luchan cada día por salir adelante.”
El mensaje concluyó con una promesa de liderazgo conjunto y compromiso firme:
“Gobernadora, de la mano vamos a demostrar que sí se puede sanar el corazón de nuestra gente. Que sea Dios quien nos dé la sabiduría y el favor para cumplirle a nuestro pueblo, para gobernar nuestra tierra con honor y con amor infinito.”
Este acto, más que un pronunciamiento político, fue una manifestación del poder de la unidad y de la fe, dejando claro que en Tolima se trabaja con convicción para construir un territorio de paz, con justicia social y esperanza real.
