
Foto:La mandataria de los tolimenses a los territorios del “Tolima Profundo”. impactotolima.com
Relato del viaje de la mandataria de los tolimenses a los territorios del “Tolima Profundo”. “Todos aquí esperábamos que llegara en helicóptero, gobernadora Matiz, menos por tierra”, le dijeron sus habitantes al verla llegar luego de la travesía.
Vereda Guadualito-Coyaima. Hasta la apartada región de Guadualito ubicada en zona limítrofe entre Coyaima y Ataco, tomando una maltrecha carretera veredal que lleva años sin recibir mantenimiento, llegó la gobernadora Adriana Magali Matiz y su equipo de trabajo para escuchar a sus habitantes y comprometerse.
Vía:Oficina de prensa Gobernación del Tolima. impactotolima.com
A Guadualito se llega en campero UAZ, a pie, o en mula, luego de un recorrido de dos horas desde el área urbana de Coyaima. Como en todos los pueblos, caseríos y veredas del surtolimense, las familias moradoras allí no escaparon al conflicto armado. Con mucha resiliencia, los campesinos dejaron atrás el dolor de la guerra y hoy se dedican al cultivo del café, panela, plátano cachaco, yuca y ganadería.
Fiel a su filosofía y a su indeclinable determinación de gobernar “con los pies en el territorio” la mandataria de los tolimenses llegó al encuentro con los ciudadanos que, por cientos, se habían congregado en la escuela procedentes hasta de las más lejanas veredas. “Todos aquí esperaban que llegara en helicóptero, menos por tierra; o que en últimas no viniera”, le dijeron los dirigentes comunales e indígenas a Matiz.
A unísono, la mayor petición fue el mejoramiento de carretera. “Tenemos muchas necesidades. La principal es el mantenimiento de la carretera con balastro y construcción con placa-huella en los puntos críticos; además de las respectivas alcantarillas. La vía está en pésimo estado y no permite que podamos llevar nuestros productos a la cabecera municipal. La cosecha de café la vendemos en Ataco y en Coyaima mercamos”, dijo Erika Montaña, gobernadora del Resguardo Indígena Guadualito, quien reconoció que era la primera vez en su vida que le hablaba a una gobernadora del Tolima.
La gobernadora Matiz llegó hasta Guadualito por varias razones: el interés de llevar su mandato a territorios apartados y la petición expresa que le hizo la joven dirigente indígena Lina Marcela Ducuara Sabogal, en un encuentro masivo que tuvo lugar el pasado 24 de febrero en Coyaima, cuando la mandataria llegó hasta allí para inaugurar el gas domiciliario rural en su recorrido del Tour de las Obras 2.0.
Con los tenis embarrados, pero el corazón lleno de emoción porque el viaje representaba la esencia de su Gobierno de llegar con hechos y acciones a territorios olvidados y alejados de la capital, la gobernadora Matiz dijo: “Estoy acá por una invitación que me hizo Lina; tal vez, no creía que viniéramos. Ella me dijo: Guadualito también es Tolima. Este es el Tolima profundo del que muchos hablan pero que pocos conocen. Estoy muy feliz y me siento muy satisfecha de cumplir el valor de la palabra. Lo dijo en Coyaima: voy el 14 de marzo a Guadualito y aquí estoy honrando esa palabra”.
Al caer la tarde, Adriana Matiz renunció a la comodidad de un helicóptero ofrecido por la Fuerza Aérea para viajar desde allí a Ibagué y decidió regresar por la misma carretera abrupta por donde había llegado en la mañana, no sin antes dejar compromisos pactados y entregar herramientas, elementos y maquinaria para mantener la remota carretera.