No estamos en la costa, ni es el río Combeima, y mucho menos el río Magdalena. Lo que está inundado es una simple calle de los barrios del sur de Ibagué, una vía urbana vital para la movilidad de cientos de familias, que se ha convertido en un verdadero obstáculo debido al colapso de los colectores y alcantarillas. Esta situación, que debería ser sencilla de resolver con un mantenimiento adecuado, se ha visto agravada por la desidia y la falta de acción tanto del IBAL como de la Alcaldía, dejando a la comunidad atrapada en el abandono y la indiferencia institucional.
Por:Editor y jefe. impactotolima.com
En horas de la mañana de este martes 7 de octubre, un tramo crítico de la vía que conecta la Terminal de Transportes con los barrios del sur de Ibagué, justo después del Puente, quedó completamente inundado debido a la acumulación de agua ocasionada por la falta de mantenimiento en los colectores y alcantarillas a cargo del IBAL. Esta situación, que se ha prolongado durante varios años, sigue sin recibir atención efectiva por parte de las administraciones municipales.
El problema no es nuevo, pero la negligencia por parte de las autoridades se evidencia con cada lluvia, afectando la movilidad y la seguridad de los habitantes de la zona. Automóviles y motocicletas han quedado atrapados en el agua, y en muchos casos los vehículos se han apagado al intentar cruzar el tramo inundado, lo que ha provocado daños mecánicos y embotellamientos que colapsan la vía. Esta crítica situación quedó registrada en un video que circula entre los habitantes, mostrando claramente el abandono y la falta de soluciones concretas.
Los habitantes afectados han expresado su profundo cansancio y frustración, lanzando un enérgico llamado a la alcaldesa Johana Aranda, recordándole que durante la administración de su jefe político, Andrés Fabián Hurtado, cuando fue alcalde, tampoco se prestó atención a los barrios del sur. El clamor de la comunidad es claro: exigen a la alcaldesa Aranda que atienda esta problemática con la urgencia que merece.
El IBAL, responsable del mantenimiento de los sistemas de alcantarillado, y la Alcaldía de Ibagué, han dejado en evidencia la falta de gestión en una zona clave para la movilidad urbana. Mientras tanto, los ciudadanos sufren las consecuencias de una administración que parece priorizar campañas electorales sobre las necesidades reales de la comunidad.
